Mária Súkeníková: su duodécimo torneo de élite
08 AGT 2022 |
ARTÍCULO

La eslovaca Mária Súkeníková cumplió este mes de julio de 2022 su cuarta participación en el arbitraje de una fase final de la Euro femenina. De ese modo alcanza la docena de torneos de élite, entre ellos un Mundial U17, un Mundial en categoría absoluta y unos Juegos Olímpicos. Amplía sus logros internacionales al aproximarse a la culminación de su labor sobre los terrenos de juego.
En Inglaterra integró el equipo arbitral con las checas Jana Adámková (principal) y Lucia Ratajová (segunda asistente); la UEFA les asignó dos partidos de la fase de grupos: Portugal-Suiza (2-2) y Francia-Islandia (1-1). La árbitra eslovaca de mayor resonancia internacional en la actualidad siguió los últimos partidos del campeonato, incluida la final, desde casa. Sin embargo, había suficientes temas de qué hablar (sigue leyendo).
"Si hubiera estado en la final, entonces las expectativas se hubiesen cumplido con creces", sonrió al comienzo de la conversación. Luego añadió al respecto de modo consecuente: "Cada partido en el torneo suponía un aumento en las expectativas para todos. La verdad es que si ya has intervenido en la competición, quieres proseguir y mantenerte en acción tanto tiempo como sea posible. Entonces estás buscando llegar a cuartos de final, luego a semifinales... Pero estoy satisfecha. El hecho de que la UEFA me incluyera en el equipo arbitral del campeonato fue el cumplimiento de mi objetivo personal", admitió sobre sus expectativas.
De hecho, solo dos partidos para el equipo arbitral checo-eslovaco fueron escasos desde nuestro punto de vista. "Dada la cantidad de equipos arbitrales asignados a la fase final, cada uno podría intervenir en uno o dos encuentros en la fase de grupos. Queríamos más; esta vez no fue posible. No porque hayamos cometido errores, sino que la decisión de las personas competentes en tales determinaciones fue simplemente esa".
-Fue el duodécimo torneo femenino de primer nivel para la árbitra eslovaca, ¿en qué se diferenciaba éste de los anteriores?
"Fútbol bonito. De hecho, para este nivel fue magnífico; muchos goles, gradas llenas". La alta asistencia a los encuentros fue impresionante; decenas de miles de aficionados vieron los partidos de la selección inglesa. "No me sorprendió; el fútbol femenino en Inglaterra, Francia, España, Alemania o Países Bajos está progresando, diría que está avanzando en carrera. Realmente, se esperaba que estos campeonatos de Europa estuvieran marcados por una gran cantidad de espectadores, que dejaran huella con su gran ambiente. Disfruté de la impresionante animación de los aficionados islandeses en el partido contra Francia".
-¿Mereció Inglaterra el título europeo?
“Se hizo justicia con las dos selecciones que llegaron a la final; la jugaron los dos mejores equipos del torneo. A las alemanas les faltaron dos futbolistas importantes en la final, eso es un hecho; el resultado podría haber sido diferente con ellas, pero en el fútbol no son supuestos sino realidades. Solo podía haber un ganador, y el que no lo lograra lo lamentaría. Para mí, el equipo ganador estaba vestido de rojo: la colegiada. La ucraniana Monzul era mi favorita para arbitrar la final junto a la francesa Frappart; ella y sus asistentes cumplieron su labor a la perfección".
Nuestra entrevistada prefirió eludir pronunciarse sobre quién era la mejor futbolista del campeonato. "Realmente no. De otros campeonatos tengo en mente a la alemana Alexandra Popp; valoro su aportación desde hace mucho tiempo, tengo esa sensación de afinidad en el ámbito internacional del fútbol. He presenciado muchos partidos de Alemania; ella es una referencia para mí. Pero no estoy afirmando que Alexandra fuera la mejor" en esta Euro (sonrisa).
Elogia el arbitraje en la fase final, aunque tampoco hace demasiadas diferenciaciones. "Es difícil pronunciarse. A este nivel, todas las actuaciones arbitrales fueron buenas; diría que muy buenas. No lo menciono por quedar bien con mis compaňeras de arbitraje; es la realidad, y se extiende tanto a las colegiadas más experimentadas como a aquellas de estreno en un torneo a este nivel". No obstante, matizó: "Por supuesto, la francesa Stéphanie Frappart es la número uno indiscutible del mundo entre las colegiadas; sobre eso no hay duda".
En Inglaterra integró el equipo arbitral con las checas Jana Adámková (principal) y Lucia Ratajová (segunda asistente); la UEFA les asignó dos partidos de la fase de grupos: Portugal-Suiza (2-2) y Francia-Islandia (1-1). La árbitra eslovaca de mayor resonancia internacional en la actualidad siguió los últimos partidos del campeonato, incluida la final, desde casa. Sin embargo, había suficientes temas de qué hablar (sigue leyendo).
"Si hubiera estado en la final, entonces las expectativas se hubiesen cumplido con creces", sonrió al comienzo de la conversación. Luego añadió al respecto de modo consecuente: "Cada partido en el torneo suponía un aumento en las expectativas para todos. La verdad es que si ya has intervenido en la competición, quieres proseguir y mantenerte en acción tanto tiempo como sea posible. Entonces estás buscando llegar a cuartos de final, luego a semifinales... Pero estoy satisfecha. El hecho de que la UEFA me incluyera en el equipo arbitral del campeonato fue el cumplimiento de mi objetivo personal", admitió sobre sus expectativas.
De hecho, solo dos partidos para el equipo arbitral checo-eslovaco fueron escasos desde nuestro punto de vista. "Dada la cantidad de equipos arbitrales asignados a la fase final, cada uno podría intervenir en uno o dos encuentros en la fase de grupos. Queríamos más; esta vez no fue posible. No porque hayamos cometido errores, sino que la decisión de las personas competentes en tales determinaciones fue simplemente esa".
-Fue el duodécimo torneo femenino de primer nivel para la árbitra eslovaca, ¿en qué se diferenciaba éste de los anteriores?
"Fútbol bonito. De hecho, para este nivel fue magnífico; muchos goles, gradas llenas". La alta asistencia a los encuentros fue impresionante; decenas de miles de aficionados vieron los partidos de la selección inglesa. "No me sorprendió; el fútbol femenino en Inglaterra, Francia, España, Alemania o Países Bajos está progresando, diría que está avanzando en carrera. Realmente, se esperaba que estos campeonatos de Europa estuvieran marcados por una gran cantidad de espectadores, que dejaran huella con su gran ambiente. Disfruté de la impresionante animación de los aficionados islandeses en el partido contra Francia".
-¿Mereció Inglaterra el título europeo?
“Se hizo justicia con las dos selecciones que llegaron a la final; la jugaron los dos mejores equipos del torneo. A las alemanas les faltaron dos futbolistas importantes en la final, eso es un hecho; el resultado podría haber sido diferente con ellas, pero en el fútbol no son supuestos sino realidades. Solo podía haber un ganador, y el que no lo lograra lo lamentaría. Para mí, el equipo ganador estaba vestido de rojo: la colegiada. La ucraniana Monzul era mi favorita para arbitrar la final junto a la francesa Frappart; ella y sus asistentes cumplieron su labor a la perfección".
Nuestra entrevistada prefirió eludir pronunciarse sobre quién era la mejor futbolista del campeonato. "Realmente no. De otros campeonatos tengo en mente a la alemana Alexandra Popp; valoro su aportación desde hace mucho tiempo, tengo esa sensación de afinidad en el ámbito internacional del fútbol. He presenciado muchos partidos de Alemania; ella es una referencia para mí. Pero no estoy afirmando que Alexandra fuera la mejor" en esta Euro (sonrisa).
Elogia el arbitraje en la fase final, aunque tampoco hace demasiadas diferenciaciones. "Es difícil pronunciarse. A este nivel, todas las actuaciones arbitrales fueron buenas; diría que muy buenas. No lo menciono por quedar bien con mis compaňeras de arbitraje; es la realidad, y se extiende tanto a las colegiadas más experimentadas como a aquellas de estreno en un torneo a este nivel". No obstante, matizó: "Por supuesto, la francesa Stéphanie Frappart es la número uno indiscutible del mundo entre las colegiadas; sobre eso no hay duda".
Autor del artículo: Peter Šurín (SFZ)